Wednesday, March 23, 2011

Hace tiempo... cómo hacer una entrevista en el lenguaje de los guionistas

“El mejor guión es el que no se nota”
Beatriz Novaro


ESC. 1 INT. CASA GUILLERMO. SALA. DÍA

Un dulce olor a madera impregna la sala que espera por Guillermo. Por fin llega a sentarse este hombre alto, delgado, de ojos profundamente verdes. Toma la grabadora en sus manos para comenzar la charla. El cassette viejo comienza a girar, imprimiendo en su interior la voz baja de un artista que se asume a sí mismo como un viejo necio. Autor de novelas como “El búfalo de la noche” y guionista de “Amores perros” y “21 gramos”, asegura que él trabaja con dedicación.

GUILLERMO
Soy escritor, no sólo guionista, y cuando escribo me olvido de la parte técnica pues quiero que sientas personajes de carne y hueso. Cuido el estilo, los tiempos, los diálogos, los espacios. Apunto indicaciones para poner la escena, pienso en el ritmo de la producción y en los costos.

Arriaga habla de su oficio con pasión. Se mueve poco, dice que escribir es un ritual, proceso y trabajo. De vez en cuando se rasca la mejilla, mira hacia arriba pensando en la respuesta; esculpe sus ideas y sonríe de vez en cuando. Expresa su opinión acerca de sus colegas:


GUILLERMO
Varios colegas han cometido errores. Uno de ellos es que por el deseo de ser filmados son capaces de hacer cualquier cosa o aceptar cualquier pago. De hecho yo trabajo con directores, no para directores. Yo mantengo a mi familia de esto. Algo que es importante saber, es que puedes conciliar, pero no conceder. Y ese es el problema, esta sociedad es comunitaria, si haces cosas solo, te ven como un ser agresivo, apartado de la comunidad.

Endereza más su espalda, dice que es por ello que el alma de un guionista debe pesar más de 21 gramos porque es el que presenta el mundo interior, da la sangre, el pulso a a la obra; por eso sus personajes son entrañables para él:

GUILLERMO
Todos los personajes tienen que ver conmigo. Hay con los que me encariño más, pero todos tienen una parte mía, hasta los perros. (ríe)

Se levanta de su silla, abre la puerta; nos encontramos con su perro negro, con los ojos en blanco, hinchados y los lagrimales rojos. Tiene cáncer, hay que hacerle quimioterapias.

CORTE A:

ESC. 2 EXT. CAFÉ DE PLAZA. TARDE

Francisco, un hombre alto, de tez blanca y de lentes se sienta en una silla alejada de la gente pero armonizada por música tenue. Se acerca la grabadora vieja que protagoniza por segunda ocasión la charla de un aventurero de ideas; el responsable de cintas como “Fibra óptica”, “Lolo” y “Vera”. Athié está en primer plano expresando que el guión es una herramienta.

FRANCISCO
El guión forma parte del trabajo grupal y aunque no está sacralizado como una de las bellas artes, no es un trabajo menor, porque sin guión no hay sentimiento. Las imágenes vienen impregnadas de emoción, por eso yo escribo a mano porque los personajes se te aparecen, te hablan.

Se expresa con las manos, se ríe bastante seguido, se sorprende a sí mismo, opina sobre México, un país que está lidiando con su propia identidad.

FRANCISCO
Nuestra pobreza es la mejor ventaja creativa. Sabes que te van a pagar tan poco, que lo haces porque quieres. Mi lápida de escritor sería: “Esta historia vale la pena contarla porque lo digo yo”.

Sus ojos le brillan cuando escucha la palabra VERA.

FRANCISCO
Es uno de los ejemplos donde uno no debe meterse donde no lo llaman (ríe). Todo sucedió cuando tuve una especie de alucinación que escribí. Hablar de inspiración ya no está de moda, pero te juro que eso fue, porque lo que tenía que redactar no eran palabras, sino imágenes.

Ahora trabaja en un proyecto sobre las últimas décadas del siglo XVIII (El baile de San Juan):

FRANCISCO
Es el momento en el que hay criollos (que se dan cuenta que como españoles ya no la hicieron), indios (que ven que no está tan mal eso de que en lugar de que te saquen el corazón nomás te den unos latigazos) y negros (que dicen, si nos liberamos, igual nos vamos a Jalisco). Entonces por eso “El baile de San Juan” donde cada quien agarra su pan.

La grabadora se detiene, el flujo icónico también. Sin embargo, Francisco Athié continúa deleitándonos con su charla; aunque oficialmente se haya acabado el ciclo de preguntas-respuestas y haya salido de cuadro.

CORTE A:

ESC. 3 EXT. CAFETERÍA. DÍA

Marina sorbe su jugo natural, la grabadora está en sus manos y no sabe si seguir bebiendo o hablar al micrófono que casi no capta su voz. Decide tomarlo entre sus manos. La ganadora del Ariel por el guión de “De la calle” habla de su oficio refiriéndose a la inspiración y las musas que la rigen como creadora de imágenes:

MARINA
Escribir un guión es 90% continuidad, y el otro 10% es inspiración. Por eso hay que entrenar a las musas, porque es un proceso que tiene que ver con el ensayo y el error. Nunca lo primero que escribes es lo que resulta y es difícil, porque por ejemplo yo no pienso en términos del encuadre, sino en la emoción de ciertas imágenes.

Paciente y ecuánime, observa a su alrededor y se convierte en el ojo que en principio la estaba observando a ella. Habla de los diferentes tipos de trabajo a los que se tiene que enfrentar:

MARINA
Hay guiones que trabajo por encargo, otros que son más personales pero la película nunca es lo que uno pensaba, y hay que asumirlo.

De pronto Marina Stavenhagen reflexiona más sobre su situación como guionista en México:

MARINA
Somos un puñado de necios que hacemos películas, pues en este país es difícil vivir de guionista. Damos clase, asesoramos, hacemos periodismo, literatura, damos clases de inglés o de macramé.

Platica sobre “De la calle” y su relación con el dramaturgo Jesús González Dávila, autor de esta sobrecogedora pieza:

MARINA
De la calle fue un reto de adaptación. Con Jesús tuve una relación muy emotiva ya que descubrí que más allá de la sordidez de la marginación es un autor que tiene ternura por sus personajes.

Una mujer que disfruta del cine infantil y que actualmente trabaja con Gerardo Tort en un documental sobre Lucio Cabañas, se despide porque hoy le toca recoger de la escuela a ocho niños: la ronda semanal con otras mamás.

CORTE A:

ESC. 4 INT. OFICINA CAROLINA. DÍA

Una pequeña oficina es el espacio de Carolina Rivera, la responsable de los guiones de “Cilantro y perejil”, “Todo el poder”, “El segundo aire” y “Amar te duele”. Con expresión fresca y una gran sonrisa se sienta. Se dispone a poner música, sin embargo no lo hace para dedicarle todo su espacio sonoro a la grabadora que hace un viaje más a otra guionista. Habla de sus técnicas tan peculiares de escritura:

CAROLINA
Esta es la primera vez que tengo una oficina, después de 12 años de escribir. Para escoger este espacio, tuve que recorrer cuarto por cuarto. Yo vivía aquí en esta casa y siempre trabajé en la mesa del comedor porque ahí tenía la ventana y a mí me gusta que me de el sol mientras escribo, aunque sea el peor lugar porque se refleja la luz de la computadora y no veo (risas). Justo esta oficina está arriba del comedor, con una ventana que me da el sol. Es un ritual neurotiquísimo.

Dice orgullosa que es un honor para ella ser guionista en México:

CAROLINA
Es una batalla porque hay poco trabajo y no se puede vivir sólo de escribir guiones. Pero me gusta, porque creo que el cine nacional ha logrado recuperar un público que se había perdido.


Tiene los dedos pegados a la grabadora, la toma con fuerza. Con sencillez exclama:

CAROLINA
A mí me dicen “Tienes una intuición de lo que le gusta al público mexicano”. Yo encontré el nicho que de pura suerte es el que puede pagar el cine (risas). Además es el tipo de gente que no le gusta ver jodidos, pero te juro que fue sin proponérmelo. Escribo las historias que a mí se me ocurren, no pienso “ah, vamos a hacer una película para gente de lana”.

Cuenta que actualmente reescribe un guión dramático (Enemigos íntimos), que lo tiene Fernando Sariñana como productor y dice que se entiende bien con él. Pide un vaso con agua, se dispone a trabajar con el sol en la espalda y las ideas en su memoria.

CORTE A:

ESC. 5 INT. CENTRO DE CAPACITACIÓN CINEMATOGRÁFICA. SALA LUIS BUÑUEL. NOCHE

Una sala llena de aprendices es el pretexto para le presentación del libro “Reescribir el guión” de Beatriz Novaro (guionista de “Lola”, “El jardín del Edén” y “Danzón”) que junto con Ignacio Ortiz (director y guionista de “Cuento de hadas para dormir cocodrilos”) explicaron la importancia de la escritura cinematográfica.

IGNACIO
El guionista es ante todo un cineasta, así que no debe haber manuales para escribir guiones. La premisa consiste principalmente en no aburrir al espectador. La escritura es un proceso creativo en el que especulas y reflexiones, además de reírte de ti mismo y amar a tus personajes sin juzgarlos. Uno debe ser un poco inmoral, un poco impúdico.

El maestro Ortiz habla sin prisas, con una voz clara que sale de su rostro moreno, apacible y encuadrado bajo unas gafas que le han visto más de una idea cristalizada en imagen. Al mismo tiempo, Beatriz Novaro denota la plenitud y realización en sus comentarios hechos a la grabadora que ya cuenta con más de una historia de vida.

BEATRIZ
El chiste es torear a las musas pues escribir es un acto de soberbia que hay que enfrentar con humildad. El chiste es encontrar el fondo a las situaciones para hallar las imágenes que las relaten porque hay veces que los personajes llegan disfrazados de uno, los percibes pero no les ves las caras, entonces hay que aprender a torear todo esto.

Colegas, estudiantes y admiradores abandonan la sala mientras el cassette se detiene por fin con el recorrido de descubrir a los creadores de imágenes.

FADE OUT

Hace tiempo... entrevista a Jaime Humberto Hermosillo

“Las películas ya están hechas, sólo que nosotros jugamos a hacerlas”
Jaime Humberto Hermosillo

Dos gatos sentados cómodamente en el sofá negro se quedan inmóviles al observar que ha llegado compañía para su dueño, quien con una franca sonrisa nos invita a sentarnos. Al contrario de lo que se pensara, los felinos coquetean y acarician a la visita como queriendo participar en la conversación. Petra y Marlene, son las peculiares amigas de Jaime Humberto que pausadamente nos explica el origen de sus nombres: Les puse así en honor a dos personajes de Las amargas lágrimas de Petra von Kant, una cinta de Reiner Werner Fassbinder.

En un ambiente totalmente cómodo, tranquilo y silencioso, comenzamos a platicar con este hombre que lleva más de treinta años creando y dirigiendo imágenes en movimiento. Se sorprende cuando citamos al conde de Lautréamont quien creía que las almas tímidas dirigen sus pasos hacia atrás y no hacia delante. Bueno, pues yo me considero un alma tímida, aunque en mis películas no se nota, pero creo que ‘las apariencias engañan’ (ríe), dice Hermosillo, el cual siempre ha tenido la curiosidad de ver más allá de los límites aunque haya nacido en un lugar conservador como lo es Aguascalientes.

En mis inicios, antes que estudiara cine, trabajé para una revista que se llamaba CINE AVANCE, esto fue a principios de los 60; la primera vez que llegué les dije que quería colaborar con ellos y me dejaron escribir un artículo, entonces lo hice sobre Alfred Hitchcock y justamente planteaba que uno podía ver sus en sus películas temas tortuosos aunque su apariencia era la de un señor bonachón. Entonces creo que conmigo pasa una cosa similar: la fantasía está desbordada, como dijo Buñuel: “en la imaginación somos libres”.

Su rostro afable delata su plenitud y aún así su avidez por lo nuevo. Sus manos se mueven con sus ideas, como queriendo aprehender las imágenes mentales. Alude a la fantasía como su mayor interés en pantalla y expresa que su más grande don es el de imaginar las películas que va a hacer: Muchas veces cuando estoy trabajando me preguntan sobre ciertos detalles de una secuencia y yo les respondo “¿saben qué?, esa escena todavía no la he visto, denme un poco más de tiempo para que les conteste”. Es que yo recibo imágenes cuando estoy en un proyecto. He llegado a la conclusión que las películas ya están hechas, sólo que nosotros jugamos a hacerlas.

Con gran entusiasmo expresa que el mejor año de su carrera hasta la fecha ha sido el 2003 porque hizo 3 películas: El misterio de los almendros que está seleccionada para competir en la Muestra de Cine de Guadalajara; El malogrado amor de Sebastián y El Edén; mi película con reparto más amplio y con muchas locaciones; ahí rompí con mi propio esquema de hacer cintas intimistas. Por cierto, todas ellas corrieron con la misma suerte de Las apariencias engañan, María de mi corazón o La Tarea, pues están hechas al margen del Instituto Mexicano de Cinematografía. Son como medallas en mi pecho.

Esas condecoraciones simbólicas se reflejan en la luz de unos ojos café claros que les gustaría saltar de su espacio para ir detrás de lo visible. Al respecto nos comenta que le apasiona diseccionar las imperfecciones: Todos los seres humanos tenemos una vida pública, privada, íntima y secreta; a mí me atraen las películas que retratan la vida privada, sobre todo cuando se logran ver los secretos porque se mete uno en el alma. A Hermosillo no le gusta repetirse, sino arriesgarse, confrontarse y hasta asustarse de sí mismo. En este sentido, el diseño de sus personajes homosexuales refleja esta inquietud por romper barreras: No es que quiera ser provocador de antemano, sino que se me ocurren historias y luego resulta que abren espacio para otros cineastas.

Su departamento manifiesta la personalidad de un ser que considera su trabajo un ritual, un esfuerzo colectivo que es una maravillosa promiscuidad creativa que tiene mucho erotismo. Con carteles de películas colgados en la pared, una decoración discreta pero elegante; el recinto de Jaime Humberto destaca por su sobriedad. Todo esto podemos percibirlo mientras el artista se entretiene en una pequeña sesión de fotos que le hemos organizado. Juega con la cámara, acerca sus dedos a la ventana, acaricia a Petra y platica divertido cómo arma sesiones de cine con sus amigos que junto con él, están maravillados con el DVD, donde puedes ver infinidad de veces la escena que te gusta.

Por fin se termina la toma de fotos y con ese sentido del humor tan especial que lo caracteriza, nos ofrece algo de tomar, mientras el tema se desvía un poco y nos comenta cómo plantea conflictos por medio de la comedia: No sé ni cómo se me da ese género ni cómo es que a veces son tan oscuras y pesimistas. Un ejemplo es Intimidades en un cuarto de baño que quien la ve, dice: “¿Es el mismo director de La Tarea?”. Pareciera como si fuera dos personas: Jaime y Humberto, uno hace las comedias, otro los dramas, pero cuando hago comedia es también difícil porque la comedia es cosa seria . Se ríe y sigue platicando sobre sus métodos de filmación; como el plano secuencia que más que una técnica es una visión de la longevidad y el impacto de sus discursos. Es un concepto. Ya André Bazin lo dijo cuando dividió a los cineastas en dos grupos: los que creían en la realidad y los que creían en la imagen. Éstos últimos se apoyan en lo icónico y entonces fraccionan, usan encuadre y edición para dirigir la mirada del espectador a cosas muy concretas. Otros cineastas tratamos de captar la realidad y es más democrático porque permitimos que el público decida lo que quiere ver en pantalla.

Y en ese sentido, el cine de Jaime Humberto Hermosillo es un gran plano secuencia, donde se ven muchos detalles; es ecléctico y varias de sus cintas están consideradas entre las 100 mejores películas mexicanas. Aunque no quiera, ya pasó a la historia, aunque ni siquiera sepa él cómo quiere ser recordado: En la revista Somos hicieron una encuesta a 25 críticos para que dijeran sus 25 películas mexicanas favoritas y fue curioso que hubieron 11 cintas mías diferentes. Junto con Emilio El Indio Fernández y Roberto Gavaldón, fui de los directores que más películas mencionadas tuvo. Pero no sé cómo pasar a la historia sólo deseo tener fuerza y creatividad para dirigir a los 90 años.